¡Niños desobedientes! ¿Que hacer?
- Yesenia Cabrera Casasnova
- 15 mar 2017
- 2 Min. de lectura
Primeramente, debemos preguntarnos el porqué de ese comportamiento, que puede darse en diferentes situaciones que antes no nos habíamos planteado, como por ejemplo:
Tiene su propia opinión, sus intereses, sus propios puntos de vista y sus preferencias.
Puede estar enfadado o mostrando cualquier otra emoción negativa.
Ante estas situaciones podemos actuar de 3 estilos diferentes:
Autoritario: Suprimimos totalmente la voluntad del niño. No inculcamos la necesidad de hablar y escuchar sus necesidades y únicamente nos comunicamos en forma de órdenes.
Democrático: El niño forma parte de la situación, pudiendo dar su opinión y mejorando la comunicación con los padres.
Mixto: Mezcla entre los dos sistemas anteriores.

Reglas y normas de educación en la infancia
Debemos marcar determinadas reglas, prohibiciones o restricciones, de tal manera que el niño sea capaz de incorporarlas a su comportamiento de manera fácil.
Reglas flexibles y bien delimitadas. Las más básicas pueden ser “no pegar”, “no romper”, “no subirse a la mesa”, etc. Si el niño nos pregunta por qué no hay que hacer eso, hay que tener en cuenta que la respuesta “porque lo digo yo” no es la más adecuada, lo mejor es decirle una razón coherente como “es peligroso” o “puedes hacerte daño”, siendo siempre eso lo más acertado.
Con el paso del tiempo, algunas limitaciones pueden suavizarse, por lo que en determinadas situaciones o circunstancias es posible que podamos cambiar ciertas reglas.
Las necesidades del niño y de los padres deben seguir el mismo ritmo: Si un niño quiere saltar en los charcos que lo haga, pero siempre y cuando use botas de goma o lo que consideres necesario como padre.
Las reglas deben ser habladas por los padres: Si la madre dice una cosa y el padre dice otra, el niño no entenderá cuáles son sus reglas exactamente.
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